Nadie puede negar que en la MET Gala puedes encontrar todo tipo de vestidos, pero el de Blake Lively -al menos para mi- incluso superó a Rihanna con su versión del Papa 2030 (que igual nos encantó). Pero, ¿por qué tanto amor por el look de la actriz en la alfombra roja de este 7 de mayo?
Literalmente, una joya de vestido
Este diseño de Versace tuvo 600 horas de trabajo. Quizás no se notaba en las fotografías, pero tenía muchos bordados a mano y detalles milimétricos que sólo se veían de muy cerca. Está repleto de joyas multicolor bordadas adelante y atrás, mientras que la falda de color rubí era de un tejido de acabado satinado.
El peinado perfecto
Un tomate bajo para resaltar sus hombros y rodeado de un tocado hermoso, que si bien varias se repitieron, este era del tamaño preciso acorde a su propuesta. Esta aureola era parte de la temática de la noche: “Cuerpos Celestes: la moda y la imaginación católica”.
Accesorios
Joyas de Lorraine Schwartz y zapatos de Christian Louboutin… Piola.
El plan perfecto de Blake
La actriz tenía seleccionado este vestido desde marzo. Ella misma lo había comentado antes que ya tenía listo su vestido para la MET Gala.
Una limo era muy poco…
Quizás habrán notado que cuando Blake salió de su casa, no lo hizo con el vestido en sí. Fue con una bata que igual tenía relación con la temática. Bueno, para llegar al Museo debió irse en un bus privado ya que el vestido no cabía en un auto.