En la Universidad de Oxford decidieron estudiar el hecho de lo difícil que se le hace a mucha gente dejar de fumar, por lo mismo buscaron determinar cuál es el mejor método para abandonar el tabaco y no salir para atrás.
Juntaron a 700 personas que fumaban 15 cigarros al día y que todos querían dejar de hacerlo. Los dividieron en dos grupos: los que lo dejarían poco a poco, y quienes lo abandonarían de un día para otro. La idea es que en dos semanas, todos los participantes debían haber dejado de fumar.
Ambos grupos tuvieron acceso a parches de nicotina, terapia de reemplazo como chicles, pastillas, entre otros, y fueron monitoreados por cuatro semanas más, para seguir resultados seis meses después. ¿Qué pasó? Quienes dejaron de fumar de forma abrupta tuvieron más éxito que quienes lo dejaron poco a poco.
Sin embargo, la diferencia no fue tanta, por lo que los investigadores dicen que buscan buscar métodos más eficaces para dejar de fumar gradualmente.