Si eres de las personas que se ven incapaces de rechazar una propuesta, cuando les piden un favor o un compromiso, entonces generalmente gastas tu tiempo y energía en cosas que no quieres hacer, y eso afecta tu calidad de vida, porque dejas de lado tus prioridades por las de los demás. Tienes que aprender a decir que no, y por eso, hoy te enseñaremos a hacerlo con tacto, clase, elegancia: no van a saber qué pasó.
La importancia de saber decir que no radica en el costo de oportunidad: cada vez que le dices si a algo que no quieres hacer, dejas de hacer algo que si quieres hacer, porque el tiempo, el dinero, y tantas otras cosas, es finito.
Conoce tu no:
El primer paso es conocerte a ti mismo. Saber qué quieres hacer y que no. Esto es fundamental para poder tomar decisiones.
Se agradecido:
Cuando piden tu ayuda es porque confían en ti. Por esto, lo primero que debemos hacer es agradecer esta confianza. Esto no implica que vayamos a decir que si.
No dices “no” a la persona, sino a su propuesta:
Deja claro que lo que declinas es la invitación/propuesta. La mejor manera de hacer esto es diciéndole que admiras su trabajo/ generosidad/ que te cae bien; explicarle la razón por la que no puedes; y ser amable. De esta manera no harás sentir rechazado a quien te hace la propuesta.
Explica tus razones:
No los detalles, sino la razón de fondo. Puede ser cansancio, exceso de trabajo, humor u otros compromisos. Se honesto.
Muestra determinación y no te dejes intimidar:
Si tras dar tus razones la otra persona continúa insistiendo, utiliza su misma estrategia: muestra tu determinación.
Practica, practica, practica:
Para aprender a decir no puedes empezar con situaciones donde se te haga más fácil decirlo, donde no hayan muchos riesgos y la otra persona pueda entender… Desde el postre que te ofrecen hasta los vendedores en la calle; practícalo cuando estés a solas, esta es la mejor manera de desarrollar el músculo del no.
Fija un no preventivo:
Para esas ocasiones donde ya sabes que te van a pedir algo que no quieres hacer o con lo que no estás de acuerdo, aprende a decir no antes de que te pidan algo… Disimuladamente hazle saber que estás muy ocupado; en el caso de que sea tu jefe, cuando este te tipa algo, recuérdale la conversación previa.
Acepta que perderás oportunidades:
Cuando decides enfocarte en tus prioridades estás aceptando por defecto que perderás nuevas oportunidades… Como mencionamos, esto se conoce como costo de oportunidad y está bien hacerlo cuando tienes muy claro tus prioridades. Cuando dices no a algo, estás reafirmando tu compromiso con lo que sí quieres hace. Si no te queda claro que es lo que quieres, hazte la pregunta: dónde quiero estar en 5 años. Ve qué decisiones te llevan hasta allá, y cuáles no.
Ármate de valor:
Elimina la sensación de culpa, no es tu deber vivir ayudando a los demás. No estás siendo un mal amigo, simplemente tienes claras tus razones.
Es posible que hablen mal de ti, que digan que estás poco comprometido con tu trabajo o que no apoyas a los demás; en estas circunstancias, entiende que este es el costo que debes pagar para recuperar la tranquilidad en tu vida.
Este artículo está basado en el libro “4 segundos”, de Peter Bregman